Bodega-Finca Loranque: Historia y Tradición

Finca Loranque, ubicada en la localidad de Bargas en Toledo, es un enclave que nos transporta a la época romana. Este terreno histórico era atravesado por la calzada “Vía XXV Augustobrigam-Caesarobrigam-Toletum”, una importante vía de comunicación que conectaba puntos clave del Imperio Romano. Actualmente, se están llevando a cabo excavaciones arqueológicas que buscan desentrañar los secretos de este pasado remoto y destacar la relevancia de esta vía en la región.

 

 

El esplendor del Señorío de Loranque El Grande en el Medievo

En la Edad Media, el Señorío de Loranque El Grande alcanzó gran importancia patrimonial y estratégica, tal como reflejan los numerosos títulos de sucesión que documentan la transferencia de estas tierras. Las viñas plantadas en el señorío eran especialmente valoradas para la producción de vinos destinados a la corte de Toledo, consolidando su prestigio en la región.

 

Un proyecto nobiliario del siglo XVIII

A finales del siglo XVIII, los Condes de Armildez de Toledo decidieron construir una bodega al estilo francés en Finca Loranque, con el objetivo de elaborar vinos de alta calidad. Documentos históricos confirman la existencia de viñas en estas tierras desde el siglo XI, lo que subrayaba su idoneidad para este proyecto.

Para ello, contrataron a un equipo de arquitectos franceses que diseñaron una bodega con arquitectura de ladrillo mudéjar y tapial toledano. Este diseño no solo se integraba perfectamente en el entorno, sino que también se adaptaba a las necesidades de la época, en un paisaje dominado por olivos y viñas.

 

Los Condes de Floridablanca y el Rey Alfonso XIII

Desde 1865, Finca Loranque pasó a manos de los Condes de Floridablanca, quienes continuaron con la elaboración de vinos de garnacha en tinajas de barro cocido. Estas instalaciones contaban con innovaciones arquitectónicas que permitían cierto control de la temperatura, gracias a muros de adobe de casi un metro de grosor y una ventilación eficiente.

El Rey Alfonso XIII, amigo del Conde de Floridablanca José María de Castillejo y Wall, visitó en numerosas ocasiones la finca. Disfrutó de sus vinos y participó en jornadas de caza, actividades que fueron ampliamente documentadas en la prensa de la época.

 

El resurgir en manos de la familia Díaz Bermejo

En 1981, la familia Díaz Bermejo adquirió Finca Loranque con el propósito de revitalizar su tradición vitivinícola y convertirla en un referente del enoturismo. Con la colaboración de Pablo Eguzkiza, reconocido enólogo de la Cía de Vinos Telmo Rodríguez, iniciaron un ambicioso proyecto para producir vinos singulares que reflejaran el carácter único del ‘terroir’.

Tras años de preparación y pruebas, en 2002 salió al mercado la primera añada de esta nueva etapa. Los vinos de Finca Loranque, elaborados con un enfoque en la calidad y el respeto por la tradición, han recibido elogios de la crítica especializada, situándose entre los más destacados del mercado.

 

Finca Loranque: un legado que perdura

Hoy, Finca Loranque es sinónimo de excelencia y tradición. Sus vinos, cuidadosamente elaborados, reflejan siglos de historia y el carácter único de su ‘terroir’. Además, la finca se ha consolidado como un destino enoturístico de primer nivel, ofreciendo experiencias que combinan historia, cultura y placer sensorial.

Visitar Finca Loranque es adentrarse en un lugar donde pasado y presente se entrelazan, ofreciendo una experiencia inolvidable para los amantes del vino y la historia.

 

Más Información: https://www.fincaloranque.com/es/

 


 

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